La afición por los caballos le viene de lejos a Javier Morán, un joven conductor de ambulancia que reside en el núcleo rural de Aronces (Cudillero). Desde hace unos cinco años, Morán destina la mayor parte de su tiempo libre a la cría y al cuidado de equinos de pura raza árabe, entre los que destaca la figura de «Shankar», un precioso ejemplar color alazán que ha trotado a lo largo de sus trece primaveras por los mejores campeonatos morfológicos del país y de Europa.
La sangre que corre por las venas de «Shankar» es propia de una estirpe de campeones forjada en la yeguada Al Haqq, de Rafael Müller de Astoreca, sita en Ciudad Real. «"Shankar" es representante de una excepcional genética entre la que se cuentan campeones europeos, de España y sementales de fama mundial. Combina las mejores líneas españolas y egipcias», señala su cuidador y propietario, Javier Morán.
El abigarrado palmarés de «Shankar», en el que se cuentan premios nacionales e internacionales y un Campeonato Regional que lo coronó el pasado año como campeón de sementales en Asturias, hace acrecentar la leyenda del equino. Todos y cada uno de estos reconocimientos están precedidos por largas jornadas de trabajo y por exhaustivos entrenamientos. «Se deben muscular los caballos, darles cuerda y hacerles trotar. En los concursos, el jurado es muy exhaustivo y el equino debe estar muy preparado. Mi trabajo como presentador es disimular los defectos del caballo y el jurado tiene por labor encontrarlos», comenta Morán.
«Los pura raza árabes son mejoradores, es decir, son los equinos más puros que hay y al cubrir yeguas de otras razas mejoran las características genéticas de sus descendientes. En este mundo son llamados Ferrari, lo que es bastante clarificador de su calidad», explica Morán.
Y es que los caballos acuden a los concursos preparados con sus mejores galas. «Antes de competir, se maquilla al animal, se le da un buen cepillado y se le rapa el pelo», señala Morán, que añade que incluso se utilizan exclusivos productos para resaltar sus características morfológicas. «Se les aplican aceites especiales que sólo se venden en Bélgica y aceite hidratante para bebés, que destaca su brillo. Los hay que van más lejos y utilizan pequeños botes de champú idéntico al empleado por la NASA en sus viajes al espacio».
A pesar del atractivo de las muestras, este tipo de competición cuenta con muy poca implantación en Asturias. «Varias personas estamos intentando promoverlo en el Principado y entre nuestros planes está constituir una asociación. Mucha gente piensa que se trata de algo elitista, pero en realidad no es así. Cierto es que se trata de un capricho caro, pero respecto a precios existe un amplio abanico», apunta Morán, entre cuyos planes destaca presentar en varios concursos a «Shankar» y cruzarlo con otras razas, así como ampliar su yeguada.
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