Tristón sólo quiere un amiguito

CRISIS ECONÓMICA

• Aumentan los abandonos: Se da la circunstancia de que, cuando la situación económica general se complica, suelen darse muchos casos de abandono de animales. Y es que, mantener mascotas, y más aún si son de envergadura como un poni, acarrea unos gastos difíciles de asumir si baja la renta familiar. Por ejemplo, recientemente se localizó un caballo abandonado en las inmediaciones de la carretera de Torreperogil, que además estuvo a punto de causar un accidente. Al respecto, la concejal Carmen Requena recordó que el abandono de animales es sancionable.

Nadie le ha puesto nombre aún, pero Tristón le viene al pelo, pues la canción de aquel melancólico anuncio de los 90 parece escrita para él. Decía así: «le han echado, no le quieren, pobrecito qué va a hacer, busca a alguien que lo cuide y lo sepa proteger; Tristón sólo quiere un amiguito, un hogar y mucho amor». La única diferencia es que no se trata de un perro de peluche como el que aparecía en la publicidad televisiva, sino de un poni que, de momento, está en manos de la administración. Pero, ¿qué hace el Ayuntamiento con un caballo en miniatura?. Todo tiene su explicación.

Desde octubre

La historia se remonta al mes de octubre pasado, cuando el Consistorio encontró al pequeño equino abandonado, junto a un caballo, en las inmediaciones del recinto ferial. Fue justo después de las fiestas de San Miguel. Y como es obligación de las administraciones locales hacerse cargo de los animales abandonados, ambos ejemplares fueron albergados en dependencias municipales.

Localizar a los propietarios del caballo fue sencillo, pues contaba con el chip de identificación y pudo ser devuelto. Pero en el caso del poni resultó imposible, pues no dispone de este dispositivo de identificación y no se había registrado denuncia alguna por la desaparición de un animal de estas características.

En la plaza de toros

De esta forma, el Ayuntamiento decidió sacarlo a subasta. Y mientras se han preparado y completado todos los trámites pertinentes para ello, el poni ha estado resguardado en las cuadras de la plaza de toros bajo el cuidado de un operario municipal, que se ha encargado de alimentarlo y que, inevitablemente, le ha tomado cariño. De momento, el animal permanecerá allí y no será separado de su cuidador, ya que ayer se celebró la subasta en la sala de comisiones, pero no concurrió oferta alguna.

El precio de salida equivalía a los gastos de manutención que ha acarreado el ejemplar desde octubre, y que rondan los 600 euros, pues el cálculo se ha efectuado a razón de 6 euros diarios de forraje y pienso. Pero a nadie le ha interesado. Así, en las próximas semanas volverá a convocarse una nueva subasta, partiendo de un coste inferior, que podría rondar los 100 euros, a los que el posible futuro propietario debería añadir unos mínimos gastos sanitarios y legales para regularizar la situación del animal.

Mientras tanto, Tristón sigue sólo, buscando un amiguito, un hogar y mucho amor.