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sábado, 6 de junio de 2009

La carrera más loca del mundo


En España, la popularidad del Turf, las vistosas carreras de caballos, está a años luz de la que tienen en algunos países anglosajones. No hay aquí un Rafa Nadal ni un Pau Gasol de las carreras de caballos, ni un carismático 'Grand National', aunque pueden resultar un espectáculo bellísimo... y a veces único, como el que se vivió ayer en Wellington, Nueva Zelanda. No por la plasticidad de esta modalidad, ni por la elegancia de los animales y sus jinetes. El meeting de Canterbury, con más de cien años de historia, fue una carrera atípica, extravagante y a la vez cómica. Digna de una película de los hermanos Marx.

La 128ª edición del Meeting del Club de Jinetes de Cantebury no tuvo un ganador inmediato. Los organizadores discutieron durante media hora quién se llevaba el título de campeón. Finalmente 'campeonó' Nana.

Antes se libró la gran batalla, una versión moderna de Ben-Hur. Empezaron seis jinetes... y con sus respectivos caballos, un dato que parece obvio, pero que, por lo ocurrido en carrera, resultó bastante decisivo. Cinco de los jockeys se cayeron en la última valla y dos de ellos se rompieron la clavícula. Un caballo tuvo que abandonar la carrera por estrés. El caos sólo acababa de comenzar.

Mala Strana y About Time, dos de los caballos, se disputaban la segunda plaza pero los dos tropezaron. Allí entró en escena Son of the Oak, que aprovechó la mala suerte de sus compañeros para colocarse segundo, hasta que también se cayó al final. Así pues, aún había opciones para los jinetes que acababan de tropezar con el maldito último obstáculo. El jockey de About Time logró volver a subir a su caballo para retomar la carrera y acabar tercero.

El caballo equivocado

No tuvo la misma suerte George Strickland, quien empezó montado en Mala Strana. Cogió el caballo, empezó a remontar y logró acabar en cuarta posición. Parecía una gesta, pero no lo fue, al menos reglamentariamente. Poco después deacabar la carrera, los jueces lo descalificaron. ¿Por qué? El jinete consiguió culminar la espectacular remontada cabalgando encima de Ice Pack, otro caballo que se había caído anteriormente. Un fenomenal ejemplar... pero no era el suyo. Se confundió de corcel y su logro quedó en nada. Así de sencillo, así de increible.

Caídas, jinetes que regresan, jinetes que se equivocan de monta, caballos con estrés, y al final casi sin supervivientes. Llegó a parecer un problema de lógica, pero el meeting de Canterbury, al menos, no tuvo que declarar desierto su trofeo. Al fin hubo un ganador. Fue Nana, el único caballo que logró acabar la carrera sin caer

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