Los comuneros de Pazos y Fornelos prohíben el pastoreo libre en sus montes

Los continuos daños que causa el ganado salvaje en los municipios de Pazos de Borbén y Fornelos de Montes han agotado la paciencia de los vecinos y los comuneros, que cada año ven sus fincas de cultivos y plantaciones de frondosas arrasadas por los caballos y vacas que pastan libres por los montes. Esta situación, y ante la ausencia de propietarios que se hagan cargo de los desperfectos, ha obligado a los comuneros de Amoedo, Fornelos, Calvos, Ermida, Moscoso, Xunqueiras, Borbén y Pazos a prohibir el pastoreo sin control por sus montes y a unirse para contratar a una cuadrilla especializada que capturará el ganado para su posterior subasta o sacrificio.
"Nadie está en contra del pastoreo en los montes, pero con control. Si se suelta el ganado debe ser en zonas debidamente cercadas y con la autorización de la comunidad de montes", explica el presidente de los comuneros de Amoedo, Manuel Fernández.
Los comuneros cifran en unas doscientas cabezas el número de caballos y vacas sin controlar en los montes de la comarca. Sólo en la zona de Amoedo el presidente de los comuneros calcula que conviven unos treinta caballos, que son fáciles de observar cerca de los núcleos de población incluso a las horas del día. "El pasado lunes incluso provocaron un accidente en la carretera cerca de la gasolinera de Amoedo cuando un caballo se abalanzó sobre un coche y el conductor no pudo esquivarlo", dice Fernández. No es el único siniestro que se produce en la zona causado por los animales salvajes, algo que llevan años denunciando los vecinos. "El problema es que, si tienes la fortuna de salir ileso, luego nadie se hace cargo de los daños en el vehículo porque los animales están sin identificar, por lo que es muy difícil localizar a sus propietarios", apunta el presidente de los comuneros.
El mismo problema se produce con los daños en las fincas particulares cuando los caballos y vacas entran a comer los cultivos. "Ocurre con tanta frecuencia que la gente está desesperada, son más de diez años buscando una solución a este problema y por fin parece que se va a conseguir", indica.
El colectivo de comunidades de montes, al que está previsto que en los próximos días se unan otras cuatro -Nespereira, Oitavén, Ventín y A Laxe- contratará a una cuadrilla de personas especializadas en la captura de animales salvajes y recorrerán los montes en los próximos días para retener a los caballos y vacas. Una vez capturadas se trasladarán a un recinto cerrado, en el campo de fútbol de Moscoso, donde se dará un plazo de 48 horas para que las reclamen sus propietarios. Pasado este tiempo saldrán a subasta o se sacrificarán