Vecinos del Valle del Guadalhorce han denunciado el peligro que supone la presencia de caballos sueltos por las calles y carreteras de algunos municipios de la comarca. Sin ir más lejos, esta misma semana apareció en la avenida Miguel de Cervantes de Álora un equino que se paseó libre por la calle hasta que fue recogido por su dueño.
Flores Vergara, que trabaja en un comercio de la zona, denunció a este periódico que no es la primera vez que esto sucede. «Tuve un accidente con un poni y al final yo tuve que pagar mi coche estropeado porque el dueño no aparecía», explica esta vecina, que se queja del abandono al que tienen sometidos algunos propietarios a sus animales.
Denuncias ineficaces
En Álora es habitual ver caballos sueltos por la zona del Peñón Gordo o por la carretera que comunica con la barriada de El Chorro, donde Flores Vergara sufrió el accidente con el poni. Una amiga suya tuvo otro percance con su coche y un caballo cerca de La Vega, en el término municipal de Pizarra. «Vas a la Guardia Civil a denunciar y simplemente te dicen que ese animal ya tiene más denuncias, pero no pasa nada», comenta esta ciudadana.
Los ayuntamientos apenas cuentan con normativa para regular la situación, aunque hace tres años el Consistorio de Pizarra aprobó una ordenanza en la que se prohibía el paso de caballos por el casco urbano con multas de hasta 150 euros. La presencia de animales sueltos también ha sido denunciada por colectivos como la asociación Cyd Santa María, que trabaja desde Alhaurín el Grande y que ya se ha hecho cargo de algún caballo accidentado.
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