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lunes, 25 de mayo de 2009

Tres veterinarios para más de 2.200 caballos


La gran densidad de caballos que hay en Menorca, y la tradición festiva ligada a ellos, no ha comportado un aumento de los veterinarios especialistas en equinos. Apenas tres profesionales deben repartirse la atención médica de los más de 2.200 caballos que hay en la Isla.

Son tres veterinarios aunque en la práctica dos de ellos dedican buena parte de su jornada a trabajar para la administración en labores de sanidad, por lo que la mayor parte del trabajo recae en uno solo.

Sin embargo, el volumen de trabajo es variable y va por temporadas. Ahora es época de cría y, junto con los preparativos para el verano, las visitas se acumulan, explica Enrique Parpal, el único veterinario que está «24 horas disponible». De octubre a diciembre, en cambio, hay tan poco trabajo que es «casi como si estuvieran de vacaciones».

Esta falta de veterinarios en los meses fuertes provoca que en ocasiones, no den abasto y no puedan atender a todos los animales que lo requieren. Algunos caballos han llegado a morir mientras esperaban su llegada, puesto que son animales muy delicados, según reconocen desde la Associació de Criadors i Propietaris de Cavalls de Raça Menorquina.

«Es un trabajo muy desagradecido porque hay propietarios fantásticos con los que da gusto trabajar pero otros no son así. Llaman urgentemente por tonterías y cuando el caballo está realmente mal, tardan días en avisar o lo hacen cuando a ellos les va mejor, que suele ser el domingo porque no trabajan», señala el veterinario. También hay otros que «son mal pagadores y deben dinero desde hace años» y el profesional, como autónomo que es, decide si acude a visitar el caballo o no.

Sean buenos clientes o no, lo cierto es que si los veterinarios están ocupados de visita o de viaje algunos se quedan sin la ayuda urgente para sus animales.

Los caballos pueden morir de un simple dolor de estómago aunque la mayoría de cólicos que se producen son leves. Cuando se trata de casos graves, el asunto es distinto. Enviar a operar en condiciones a un caballo a Palma o a Barcelona puede costar lo mismo que comprar un caballo nuevo, de ahí que se reclame un quirófano para caballos en Menorca.

Aunque a la asociación le gustaría que hubiera más veterinarios especializados, poco pueden hacer para aumentar el número. Para ser como un médico de cabecera de caballos hay que estudiar la carrera de veterinaria y después «buscarse la vida», como afirma Parpal, realizando prácticas en hospitales específicos.

El veterinario Enrique Parpal reconoce que hoy en día se producen muchos menos cólicos que hace cuatro años. Esto se debe a la concienciación de los propietarios sobre el manejo de los animales, que ha mejorado mucho en este tiempo. Una dieta correcta y que respete el horario, la desparasitación o que el caballo tenga siempre agua corriente para beber son factores que inciden en su salud y evitan el riesgo de los cólicos.

El presidente de la Associació de Criadors i Propietaris de Cavalls de Raça Menorquina, Gabi Arguimbau, asegura que llevan tiempo reivindicando la instalación de un quirófano o un pequeño hospital específico para caballos, aunque hasta el momento les han puesto «muchas trabas».

También Parpal reclama un espacio en condiciones para operar: «En el caso de los cólicos graves que necesitan intervención, el 90% de los caballos que operamos mueren». En parte se debe a las «condiciones deplorables» que hay en los establos, el único espacio en el que los veterinarios pueden actuar. Sabiendo eso, se intenta retrasar al máximo la operación para ver si mejora y en ocasiones el caballo ya llega a la intervención demasiado enfermo.

La asociación pide al Consell que construya el quirófano y después los veterinarios paguen un alquiler para utilizarlo.

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