www.domaclasica.net

subir imagenes

domingo, 12 de abril de 2009

Teresa Solcova: ´Me enamoré de un gallego y de una manada de caballos´


Toda una vida rodeada de caballos y de cabezas de ganadería ha llevado a Teresa Solvoca, una domadora checa, a afincarse en Galicia hace ya seis años para así poder dedicarse en exclusividad a ellos, a los que define como "inteligentes, perspicaces, bellos y salvajes". Solcova, además, cree comprender a los equinos. Para ella, la doma es "una emoción salvaje" que requiere "paciencia", "dedicación" y "respeto", porque argumenta, "aunque sea una bestia, es inteligente y también siente"

¿Cómo surge la afición que años más tarde acabará convirtiéndose en su profesión?

-Esto no surge de la noche a la mañana, esto se lleva dentro. Tienes que nacer para ello. A mí siempre me gustaron los caballos. En mi país trabajaba manejando reses bravas, trataba de domarlas para que posteriormente valieran para trabajar la tierra y poderse montar. Criaba potros y cuando cumplían dos o tres años los acostumbraba a ponerles la silla para poder montarlos.

-¿Qué le gusta más el trabajo como domadora o como criadora?

-Bueno, la doma nunca la había hecho. Cada uno tiene su cosa. Es bonito ver cómo nace un potrillo, pero domarlos es un riesgo, una emoción salvaje. Siempre es más divertido.

-¿No le parece un poco peligroso?

-No, aunque sí que es verdad que te pueden hacer daño, pero tampoco son bestias.

-¿Cómo se doma a una caballo?

-Es muy fácil, principalmente lo que hay que tener es mucha paciencia. Son horas y horas de dedicación. Hay que ser pacientes. Repetir los ejercicios una y otra vez hasta que por fin consigas ser tú el que manda.

-¿Utiliza algún tipo de psicología?

-No, nada en absoluto. Lo fundamental es ser paciente. Hay que ganarse su confianza. Lo único que no hago es pegarles. Hay que tratarlos con respeto. Aunque sea un animal es inteligente y siente.

-¿Cómo se siente cuando está en el ruedo haciendo una exhibición?

-Eso es lo mejor. El aplauso del público me hace sentir importante. En la Feria de Zaragoza todos los días llenaba la plaza y mucha gente incluso se quedaba a ver el segundo pase de por la tarde. Es fantástico. Como cualquier otra persona la satisfacción más grande es el aplauso del público cuando muestro mi trabajo.

-¿Va al monte a sacar los caballos?

-Alguna vez sí que he ido. Normalmente me los traen, se eligen los mejores animales y yo trabajo con ellos aquí. Primero en un centro de trasferencia, en donde se desparasitan y se desinfectan, y después en el ruedo.

-¿Cuánto tiempo tarda en domar un caballo?

-Depende del caballo, hay alguno que en cuatro meses ya está listo para hacer un espectáculo. Otros salen cabezones y cómo digan que no es que no.

-¿Qué le trajo a estas tierras gallegas?

-Me enamoré de un gallego y de una manada de caballos. Mis dos pasiones se unieron.

-¿Hay muchas mujeres domadoras en esta profesión?

-Yo no conozco ninguna.

-¿Podríamos decir que es la primera domadora mujer de Galicia?

-Sí, bueno, pero checa.

-¿Qué le dicen los hombres domadores?

-La verdad es que no lo sé. Seguro que les asombra, pero ya sabes cómo son los hombres lo piensan pero no dicen.

-¿Los caballos tienen miedo escénico?

-Sí, claro, no están acostumbrados a hacer sus ejercicios delante de tanta gente. En ese momento los caballos se pueden poner nerviosos y que no te reaccione igual.

No hay comentarios: