La pantalla muestra el entorno gráfico de un campo de doma, que puede configurarse con unas medidas virtuales de 20 x 40 o 20 x 60 metros, a gusto del consumidor.
El cuello del caballo tiene su propia articulación, para que los giros y la sensación de trote sean más realistas. El animal virtual se mueve en sincronización con lo que sucede en pantalla, permitiendo al jinete o a la amazona controlar los movimientos mediante dos de los gestos más habituales que se realizan con un caballo de verdad: manejando las correas y las espuelas. Y es que tanto éstas últimas como la boca del caballo llevan unos sensores que captan los golpes y los tirones para transmitirlos a la simulación.
Puede trabajar al paso y al trote, y también simula desplazamientos laterales. Sus creadores lo presentan como una buena forma de instruir a jóvenes principiantes sin correr el peligro de caerse, permitiendo además una cercana supervisión de un instructor. Pero claro, todo esto tiene un precio: 10.000 dólares. Al cambio actual,el simulador sale por unos 6,460 euros (pueden comprarse caballos por menos de ese dinero).
Tambien tienen un simulador para caballos,especial para jugar al polo:
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